¿Quién dice que no es un tema religioso?
Toda idea que se destile en la sociedad para ser aclarada o dilucidada como tema, cualquiera que sea, siempre tendrá algún trasfondo.
Sea este intrínsecamente religioso o no. A ese trasfondo se le llama cosmovisión.
Los abanderados del Humanismo analizan los temas sociales y plantean soluciones
a través de esta cosmovisión la cual carece de fundamento científico. El
Humanismo es simplemente una ideología que postula que el hombre es el centro
del universo y que pretende dejar fuera a Dios de aquellos aspectos de la vida
se creen seculares.
Sin embargo, nuestra cultura está marcada de una
manera fehaciente por lo religioso. Este es el caso del símbolo de los médicos
(la Vara de Asclepio) donde esta enrollada una serpiente. Este símbolo esa
asociado con los dioses del Olimpo que, a mi parecer, fue tomando
del relato bíblico que aparece en Números 21:1-9. Dios mando a Moisés a
construir una serpiente de bronce y ponerla sobre un asta para que todo aquel que
había sido mordido por una serpiente, mirara a la serpiente de bronce y fuera
sanado. Sabemos, obviamente, que la sanidad no estuvo en la acción de mirar ese
objeto metálico, sino en la obediencia y en la fe en Dios. Otro ejemplo de la influencia religiosa en nuestra
sociedad, es la creación de la Cruz Roja para los países occidentales de raigambre
cristiana. La cruz es un símbolo bíblico-religioso que representa liberación o
sanidad.
En el papel-moneda de Estados Unidos aparece la
expresión en ingles “In God We Trust” señalando a Dios como la persona en quien
realmente debe residir nuestra confianza. En nuestro país, el Escudo Nacional
tiene una Biblia abierta donde versículo
32 del capítulo 8 del libro de Juan. El
fundamento del terrorismo y su consecuente motivación, está en la llamada
Guerra Santa. En CEDIMAT, uno de los centros médicos de mayor prestigio de
nuestro país, y que cuenta con una tecnología de último modelo, en su carpeta
destinada a los donantes de sangre se lee esta expresión, más o menos parafraseada: “Es una bendición de parte de Dios que tú
puedas ser un donante”. Las grandes pinturas del mundo son aquellas que
fueron creadas bajo la inspiración de los relatos bíblicos. Cuan majestuosos y
detallistas son las pinturas de William Blake y Miguel Ángel.
Estos referentes históricos son suficientes para
demostrar que nuestro mundo ha tenido y tiene una influencia marcada por lo
religioso, y en el caso de los países de occidente, por el Cristianismo. Es por
eso que el tema del aborto, a pesar de las opiniones de algunos, es un tema que
puede ser analizado desde el punto de vista religioso. No importa a través de
cual cosmovisión sean analizados los problemas (Humanismo, Ateísmo,
Cristianismo, Pluralismo filosófico, o Naturalismo) siempre se hará tomando en
cuenta el sistema de ideas que esa persona, o grupo de personas, profesa.
Sorprende bastante que quienes propugnan por una “nueva
tolerancia” sean los primeros que cuando se disiente con ellos, quieran
catalogar a sus contrarios de manipuladores e intolerantes. Si de verdad fueran
tolerantes, analizaran y observaran todas las propuestas argumentativas de los
diferentes sectores de la sociedad sin descartar ninguna de ellas aunque tenga
matiz religioso. El tema del aborto y cualquier otro tema siempre pueden ser analizados
desde el punto de vista religioso. La Palabra de Dios ya ha dicho cuál debe ser
nuestro proceder en este tema y en cualquier otro. Ignorarlo es ser un necio,
teniendo la vista muy corta.
La situación actual nos demuestra que dejar fuera a
Dios de cualquier aspecto de nuestras vidas siempre ha sido perjudicial. La
sociedad no ha progresado en la era postmoderna por haber dejado a Dios de
lado, al contrario se ha deteriorado. La razón sola no es suficiente para
resolver los grandes males de la sociedad. Basta con ver a nuestra juventud
para darnos cuenta de ello. No obstante, hay esperanza para aquellos que toman
en cuenta a Dios y siguen los postulados cristianos para dirigir sus vidas.
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