Imposiciones inmorales
James Brewster, embajador norteamericano en República Dominicana, junto con el movimiento de LGBT, tienen la intención de imponer una agenda inmoral que promueva el homosexualismo y el lesbianismo. Está claro que la función de Brewster no es la de ser embajador en nuestro país, sino la de ser un activista que procura legalizar y legitimar la inmoralidad sexual. El Estado dominicano, por ende, no puede permitir que una persona imponga dichas creencias e ideologías.
Esto se
puede verificar, o evidenciar, a través de tres noticias que han circulado por
los medios de comunicación en esta semana.
La primera consiste en la inauguración de la Cámara de
Comercio LGBT. Esta institución, de carácter comercial, se inauguró
sorpresivamente. Al parecer ésta se fue elaborando secretamente, y salió a la
luz de la noche a la mañana. La sorpresa mayor es que ha sido aprobada por las
instancias gubernamentales y legales. Si los dominicanos poseen ya una Cámara
de Comercio, ¿Por qué hay que crear otra? Se supone que con la que estaba todo
funcionaba bien. Al parecer, lo que se busca con esto es:
- Condicionar a la población dominicana a aceptar el movimiento LGBT como algo natural.
- Legitimar y legalizar el movimiento LGBT.
- Insertar a las lesbianas y a los homosexuales en todas las instituciones civiles, jurídicas y gubernamentales, de manera oficial.
La segunda noticia tiene que ver con la visita del
embajador James Brewster, acompañado de su pareja, a una escuela pública. La
presencia de estos en dicho centro educativo envía un mensaje a los niños y adolescentes
que crea confusión y refuerza la inclinación de estos hacia una forma
particular del pecado. Un embajador representa cierto grado de éxito y
prestigio, no sólo por la dignidad del cargo, sino por los beneficios y lujos
que recibe y ostenta. Esto es llamativo para cualquier persona y muchos más
para niños y adolescentes. Cuando un estudiante observa esto, pudiera pensar
que no es nada malo ser lesbiana y homosexual, y que se puede ser exitoso. Además,
con esta visita se puede generar un estado de confusión en el estudiante o
reforzar el concepto mal usado de “inclinación sexual”.
Influenciar,
pues, desde esta posición de éxito es ganar adeptos para la inmoralidad y la
confusión.
El tercer evento está relacionado con el apoyo de la
Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) con un
monto de 1 millón de dólares a los candidatos gais. Al leer
esta noticia hay que hacerse la siguiente pregunta: ¿Le corresponde a la USAID
como organismo internacional financiar candidatos políticos? ¿No está
incurriendo la USAID en aspectos internos que corresponden a la soberanía nacional
de República Dominicana? Se supone que la Junta Central Electoral (JCE) es el
organismo calificado de dotar a los partidos políticos de cierta cantidad de
dinero para que estos, a su vez, lo asignen y lleven a cabo la campaña de sus
candidatos. ¿Por qué ese dinero no se asignó a la JCE? ¿Por qué ese dinero no
se asignó a los candidatos evangélicos?
La
respuesta es obvia. La intención de este organismo no es fortalecer la
democracia y la institucionalidad, sino, fortalecer la agenda de LGBT.
Los
dominicanos tienen que despertar y entender que este embajador no le conviene a
la República Dominicana. Este embajador se escuda detrás de la palabra “democracia”
y la palabra “tolerancia” para imponer y promover la inmoralidad. Donde hay
imposición hay un espíritu antidemocrático e intolerante.
Los
dominicanos tienen que despertar y entender que cuando la inmoralidad gana
espacio y se legitima, afecta las bases fundamentales de la familia. El sostén
de la familia son los buenos valores en los que ésta se sustenta. Si estos se
pierden, entonces ésta se desintegra. La Biblia presenta en Romanos 1:30,
31, un grupo de antivalores que quiebran
a la familia, destacándose tres que tienen que ver directamente con el entorno
familiar: desobediencia, deslealtad, y falta de afecto natural.
“…murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios,
injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los
padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia.”
Los
dominicanos tienen que despertar y entender que la homosexualidad y el
lesbianismo son las muestras más claras de rebeldía hacia Dios y la religión. Esto
no es más que “humanismo corrompido”. El humanismo se propone quitar a Dios del
centro de la vida de todo ser humano. En Ro. 1:21 dice, al referirse a estos
inmorales, lo siguiente:
“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron
como a Dios…”
Las
desgracias más grandes en la vida de toda nación ocurren cuando no se toma en
cuenta a Dios. La corrupción moral es la peor de todas las corrupciones ya que
lleva a los hombres a vivir sin temor a Dios y a dar rienda suelta a prácticas
pecaminosas que hunden a los hombres en las más profundas de las miserias.
Nunca
olvidemos que la inmoralidad destruyó a Sodoma y a Gomorra, y también destruyó
a Roma.
Angel I.
Galvez
Graduado del Seminario Bautista
Fundamental
Graduado de la Universidad
Autónoma de Santo Domingo como Lic. En Educación mención Filosofía y Letras.
Master en Docencia y Gestión
Universitaria por la Universidad Católica Santo Domingo
Master en Formación del Profesorado
en Lengua Española y Literatura por la Universidad a Distancia de Madrid
(actualmente).
Comentarios
Publicar un comentario