Dos poemas de mi tío Otilio Mercedes Sandoval
A Knut Hamsun
Barco de quilla rota y velas horadadas,
Reloj que ya no sirve para medir el Tiempo,
Estrella rutilante que de pronto se apaga
Gran elocuencia humana que devoró el Silencio.
Coletazo postrero de escualo en agonía,
Detención de la péndula en su trabajo eterno;
Diste vida a tu Noche, asesinando el Día,
Amontonando errores más allá del lamento.
Creo que descendiste de lo Inmenso de la Nada,
Del Pedestal del Hambre a una sima de infierno,
De lo dulce del Genio a la vena fanática,
Del tormento del Hambre al hambre de tormento.
Ese eres tú ¿Herr? Pederson, de los fiordos noruegos,
La Gente te perdona blasfemando tu nombre;
Fugitivo del Mundo, exégeta del Miedo,
Yo también te perdono con un reproche en verso,
Que canta tu neurosis bochornosa y extraña
Y exalte una grandeza que tú… ¡quisiste enana!
Ene, 1979.-
La Patria
No identifico la Patria con la tierra
Porque no existe tal identidad:
La Patria –claro está- es algo de eso,
Pero también conjuga mucho más… ¡
La Patria es amalgama de colores y música.
Epopeyas encarnadas que son viril refrenda de heroísmos
Que a mitad son, Futuro y añoranzas.
Y poco también, de tradiciones
De limitaciones cotidianas.
Un poco de reír –de vez en cuando-
¿Y por qué no? También algo de lágrimas.
Un conjunto de emociones
Exactamente partidas, repartidas,
Cuan moblaje de una casa,
De la sala a la cocina. En la vida:
Del Otoño a la infancia.
En cada objeto, su utilidad concreta;
En cada una emoción ¡lonjas del Alma!
Las canciones de infantes, en la cuna,
Los cuidados sin prisas de la abuela, desde su alto pedestal
en canas,
El descubrimiento de la Escuela,
La negrísima, enigmática pizarra,
Los besos tiernos de la adolescencia,
Los vuelos a regiones encantadas, en los sueños…
Comentarios
Publicar un comentario